En el hospital civil viejo se encontraba un paciente muy enfermo que tenía cáncer, este joven estaba por morir. La madre del muchacho trataba de motivarlo para que saliera adelante , pero nada aliviaba su dolor. Los doctores del hospital decían que habían hecho todo lo que estaba en sus manos y que no había más que hacer.
Una vez, mientras dormía el joven Santiago, la madre le puso una foto de un santo preferido. Al día siguiente, cuando Santiago vio la foto en su mano la maldijo y renegó de su enfermedad. Su mamá trató de calmarlo y le pidió que tuviera fe y que Dios le daría la salud. Santiago estaba tan furioso que le pidió a su mamá que saliera del cuarto y que lo dejara sólo; no quería saber nada de Dios.
Esa misma noche encontraron al joven colgado de un árbol al lado del hospital, es decir, en el panteón de belén. Actualmente, sólo queda el tronco del árbol y se dice que en la noche se ve la sombra del joven ahorcado.